En cuanto Luis salió de su apartamento se dirigió rumbo a su auto, un M3 que recién se había comprado y que muy a su juicio merecía por todos sus esfuerzos en la vida. En el vecindario el auto se distinguía de los demás por su color perla. Por dentro el interior era de piel negra y además tenía un iPod integrado y sistema de navegación. Nadie podía tener un be-me como el mío, se aseguraba cada vez que lo veía desde la ventana de su apartamento. Ayer que llego del trabajo por fortuna había encontrado espacio para estacionarse debajo de un árbol. No había nada mejor que la sombra para proteger la pintura de los rayos del sol. Además mantendría el interior fresco para cuando lo abordara. Luis vivía endiosado con el M3 que cada que se dirigía hacia el caminaba despacio para ir apreciándolo poco a poco. Así esa tarde se dirigió a su auto sin percatarse de que alguien lo miraba fijamente. No fue hasta que abrió la puerta que se percato de la existencia de un hombre que balbuceaba algo que no pudo entender. Lo volteo a ver por inercia y fue cuando se dio cuenta que era Leopoldo el jardinero que por alguna razón tenía cara de pocos amigos. Resto importancia al encuentro y se trepo al auto para ponerse en marcha.
Una vez en la autopista, Luis puso en perspectiva el inmediato recuerdo de las palabras de Leopoldo y fue cuando pudo comprender el desagradable encuentro. Resulta que el mendigo Jardinero lo había insultado a él y a su auto. De una manera ruin le había dicho en inglés, y en un pésimo castellano, que moviera su pinchi carro antes de que le reventara una llanta. Luis no comprendía porque ahí mismo no le había partido el hocico. Quiso regresarse y pegarle un susto, o mejor aun meter el M3 al jardín y darle una demostración de los caballos de fuerza. Pero el no podía rebajarse tanto ya que él se consideraba una persona totalmente diferente a toda esta gentuza además era un hombre exitoso manejaba un auto europeo y esto lo hacía único a los demás.
Sunday, July 20, 2008
Prefacio a Creaturas del Hábito
¿Quiénes son las creaturas del hábito?
Tengo claro que de lo similar a lo idéntico no hay mucha diferencia. Diremos que los medios varían pero los fines son los mismos. Uno como individuo todos los días realiza una serie de acciones que pensamos nos hace ser distintos, personas fuera de serie, hombres y mujeres pensantes outside de box. Lo que ignoramos como individuos, y meramente olvidamos dentro del grupo, es que somos personas incapaces de lograr originalidad. Sin embargo, creemos de una manera u otra de que somos distintos, que nos desempeñamos diferente, y que tenemos opiniones contrarias y mejores que de los demás aunque en realidad somos replicas o pésimas imitaciones de algo o alguien. No tenemos claro, o quizá nos falta interés en averiguarlo, que somos hombres y mujeres en medio del mundo simplemente imitando lo que otros ya hicieron o hacen.
La vida tiene un chiste, digamos una razón y una sin razón. Podríamos también decir que la vida tiene un sentido pero a la misma vez un absurdo. ¿Para qué tratar ser diferente si al fin terminare siendo, haciendo, o teniendo lo mismo que todos los demás? Es en esta pregunta donde se podría encontrar la primera reseña de la Creatura del Habito, seres comunes y corrientes y tanto sofisticados que se caracterizan por estar haciendo siempre lo mismo los siete días de la semana, y que increíblemente se sienten personas fenómeno, y desgraciadamente en muchas ocasiones pedantes. Su micro-universo es la casa donde habitan, las calles que transitan, aulas escolares donde estudian, oficinas y otros lugares donde la rutina abunda. Su ente social es prácticamente una asociación directa a ellos, pero que de alguna razón la extraña psicología de la Creatura del Hábito niega rotundamente.
Este breve prefacio entonces podrá al menos introducirnos a la psicología de la Creatura del Habito aunque también nos puede servir para poder a empezar a desdeñar los comportamientos antropológicos de estas creaturas tan comunes y corrientes pero tan indispensables para el funcionamiento de religiones, gobiernos, y organizaciones con o sin fines lucrativos.
Siendo yo mismo una de esas creaturas del hábito pero con extrañas tendencias y hábitos como neófito escritor he decidido narrar en los siguientes micro-cuentos sobre los aconteceres de algunas creaturas del hábito.
Tengo claro que de lo similar a lo idéntico no hay mucha diferencia. Diremos que los medios varían pero los fines son los mismos. Uno como individuo todos los días realiza una serie de acciones que pensamos nos hace ser distintos, personas fuera de serie, hombres y mujeres pensantes outside de box. Lo que ignoramos como individuos, y meramente olvidamos dentro del grupo, es que somos personas incapaces de lograr originalidad. Sin embargo, creemos de una manera u otra de que somos distintos, que nos desempeñamos diferente, y que tenemos opiniones contrarias y mejores que de los demás aunque en realidad somos replicas o pésimas imitaciones de algo o alguien. No tenemos claro, o quizá nos falta interés en averiguarlo, que somos hombres y mujeres en medio del mundo simplemente imitando lo que otros ya hicieron o hacen.
La vida tiene un chiste, digamos una razón y una sin razón. Podríamos también decir que la vida tiene un sentido pero a la misma vez un absurdo. ¿Para qué tratar ser diferente si al fin terminare siendo, haciendo, o teniendo lo mismo que todos los demás? Es en esta pregunta donde se podría encontrar la primera reseña de la Creatura del Habito, seres comunes y corrientes y tanto sofisticados que se caracterizan por estar haciendo siempre lo mismo los siete días de la semana, y que increíblemente se sienten personas fenómeno, y desgraciadamente en muchas ocasiones pedantes. Su micro-universo es la casa donde habitan, las calles que transitan, aulas escolares donde estudian, oficinas y otros lugares donde la rutina abunda. Su ente social es prácticamente una asociación directa a ellos, pero que de alguna razón la extraña psicología de la Creatura del Hábito niega rotundamente.
Este breve prefacio entonces podrá al menos introducirnos a la psicología de la Creatura del Habito aunque también nos puede servir para poder a empezar a desdeñar los comportamientos antropológicos de estas creaturas tan comunes y corrientes pero tan indispensables para el funcionamiento de religiones, gobiernos, y organizaciones con o sin fines lucrativos.
Siendo yo mismo una de esas creaturas del hábito pero con extrañas tendencias y hábitos como neófito escritor he decidido narrar en los siguientes micro-cuentos sobre los aconteceres de algunas creaturas del hábito.
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